Astérix: ¡El cielo se nos cae encima! (Asterix Album no.33)

Guión y Dibujo: Albert Uderzo

Con 46 años y 33 álbumes (si no contamos con las adaptaciones de las películas y los especiales) Astérix y el pueblo de irreductibles galos siguen dando guerra. Si bien desde la muerte de René Goscynni en 1977 el ritmo de la colección se vio seriamente mermado (y porqué no decirlo, la calidad de los guiones dejó de ser la misma), Uderzo sigue, a sus 78 años de edad, al frente de la mundialmente conocida serie.

Tras contarnos en solitario La Gran Zanja, La Odisea de Astérix, El Hijo de Astérix, Astérix en la India (probablemente el mejor título de la etapa de Uderzo), La Rosa y la Espada, El Mal Trago de Obélix y Astérix y la Traviata, ahora le llega el turno a ¡El Cielo se nos cae encima! que parafrasea la conocida frase (y el mayor miedo) del jefe Abraracurcix. En esta ocasión, Uderzo se luce algo más en un guión que, en clave de metáfora (nada sutil, todo hay que decirlo), arremete contra los dibujos animados, el cómic de superhéroe y el manga...en definitiva, contra todo aquello que en algún momento haya hecho sombra al héroe galo.

La historia comienza un día cualquiera mientras seguimos a Astérix, Obélix e Idefix en una de sus habituales cazas de jabalíes. Pero el día no es como los demás, una extraña calma invade el bosque. Una calma que se ha hecho presa de de todos sus habitantes y los ha dejado paralizados. También toda la aldea se ha visto afectada, bueno, no toda, ni Astérix, ni Obélix ni Panorámix han sucumbido al extraño mal. La causa no tarda en aparecer, una enorme esfera dorada aparece flotando en el cielo y de ella desciende un extraño personajillo con un increíble parecido a Mickey (ahí la referencia a los dibujos animados) que explica a nuestros héroes que se llama Karh Tun y viene del planeta Dyswalt (sutil, todo muy sutil), y que ha recalado en la tierra con su ejército de superclones (una suerte de superhéroes con la cara de Bush...siguiendo en la tónica de la sutil crítica) para frenar la amenaza de los Namgas (los terceros en discordia). A partir de ahí, la acción absurda propia de la serie hace aparición mientras que las dos razas extraterrestres, los galos y los romanos intentan salir lo más airosos posible de la situación.

Al margen de las más que visibles críticas (en clave de humor, por supuesto) Uderzo no consigue concretar un guión sólido, y el lector no puede evitar sentir de nuevo la falta de genialidad de Goscynni. Ahora bien, la maestría que el dibujante convertido a guionista sigue demostrando en los lápices a su avanzada edad es digna de admiración: el diseño de los tres extraterrestres y el mimo con el que Uderzo cuida hasta el último detalle de cada página hace que el álbum se lea en un suspiro, dejándonos con ganas de un poco más.

Aunque tan sólo sea porque con cada lectura de Astérix uno no puede evitar recuperar al niño que lleva dentro (ese que creció con las aventuras del pueblo más gamberro e irreverente de toda la Galia) vale la pena seguir adquiriendo una colección que, aunque conoció tiempos mejores, siempre nos hará esbozar más de una sonrisa...y eso es algo a lo que no se le puede poner precio.

Lo Mejor: El maravilloso dibujo de Uderzo (aderazado aquí con un impresionante uso del color)

Lo Peor: Como viene siendo habitual desde hace tiempo, el guión.

El Momento: La llegada de los visitantes.

Guión: 6 de 10

Dibujo: 10 de 10

Total: 8 de 10

 
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