Darwyn Cooke: Redefiniendo el Universo DC

 

El nombre de Darwyn Cooke lo vi por primera vez cuando leía los créditos (si, de vez en cuando es un deporte a practicar) de Batman Beyond, la serie de dibujos animados del Batman del futuro. Teniendo en cuenta que, con respecto a la serie original (creada por el genial Bruce Timm junto a Paul Dini)esta nueva encarnación no llamaba mi atención, no es de extrañar que uno de los nombres que aparecían fuera el de nuestro autor y no me percatara de ello ni lo más mínimo.

Dos o tres años después me encontraba en Londres saqueando Forbidden Planet (otro deporte más sano aún que el anterior) cuando cayeron en mis manos un prestigio y una novela gráfica con un nombre en común: Darwyn Cooke. El prestigio era una rara historia de Batman titulada Ego, la novela gráfica llevaba por nombre Catwoman Selina's Big Score...pero en la portada no se veía por ningún lado a nuestra gatita preferida (del interior no podía ver nada pues estaba precintada). La cuestión es que el nombre me decía algo, no sabía muy bien que (mi memoria no da como para recordar a un ayudante de una serie de animación) pero me sentí muy atraído por los estupendos dibujos del prestigio de Batman, y sin pensarlo mucho me compré ambos (entre otras muchas, muchas cosas).

Como casi siempre me pasa, la lectura atrasada se me acumula a pasos agigantados, y no fue hasta varios meses después cuando caí en la cuenta de que tenía en mis estanterías los citados cómics sin leer, así que me puse a ello...ahora se que no debería haberlo hecho.

BATMAN: EGO

Un rápido vistazo a la portada y al interior sirve para darnos cuenta de que, al menos en intención, esta no es una historia más sobre Batman: la ambientación años 40 (que queda reflejada no sólo en el diseño de los fondos sino en el traje del hombre murciélago) establece un punto de partida que queda lejos de las aventuras típicas del personaje. El hecho añadido de que la historia venga firmada de forma integra por Cooke, nos da una idea de la implicación del artista en la misma. Una vez leída comprobamos la razón de que DC confiara en él hasta el punto de publicar la historia de un principiante.

El arranque de Ego no puede ser más fílmico (un término ineludible al analizar la obra de Cooke), Batman persigue a un secuaz del Joker por la ciudad mientras intenta escapar con el dinero de un robo. Cuando lo ha alcanzado el criminal se suicida antes los atónitos ojos del cruzado enmascarado sin que nuestro héroe pueda hacer nada. Las consecuencias de este hecho son la base de partida para el resto del prestigio: una conversación entre Bruce Wayne y la raíz de su alter ego: el miedo.

La capacidad de Cooke para atrapar al lector en esta su primera historia es asombrosa, como asombrosos son los diseños de página, capaces de alternar una splash-page negra con tan sólo tres elementos, con una secuencia de dieciséis viñetas en una sola hoja. Pero el guión no se queda atrás (como suele pasarle a muchos autores completos) y en las sesenta y cuatro páginas de que consta el prestigio, Cooke disecciona al hombre murciélago como pocas veces se ha visto en las viñetas: sin querer parecer exagerado creo que junto con La Broma Asesina y las dos incursiones de Miller en el personaje, este prestigio de Cooke es de lo mejor que he leído de Batman. Teniendo en cuenta todo lo que por mis manos ha pasado del personaje, eso es decir algo.

Lo Mejor: Se lee en un suspiro dejándote con ganas de más.

Lo Peor: Que al ser la obre de un principiante no tuvo repercusión alguna en el momento de su edición.

El Momento: La secuencia inicial.

Guión: 8 de 10

Dibujo: 10 de 10

Total: 9 de 10

CATWOMAN: SELINA's BIG SCORE

Tras un accidentado robo en Marruecos, Selina se replantea su carrera como ladrona profesional. Necesita dinero, y lo necesita rápidamente. Regresa a Gotham y allí contacta con Swifty, un viejo amigo que enseguida le da la pista para un nuevo trabajo: un tren transportará 24 millones de dólares y el golpe es posible. Pero para ello Selina deberá contar con un viejo aliado y con la presencia de un detective metomentodo, Slam Bradley.

A grandes pinceladas este es el argumento de la apasionante novela gráfica escrita, dibujada y rotulada por Darwyn Cooke. Al igual que pasara con Ego, Cooke se implica en la concepción de las impresionantes 87 páginas que conforman la novela hasta tal punto que sólo deja en manos del siempre eficiente Matt Hollingsworth las lides del color. Sacada directamente de cualquiera de las grandes cintas de cine negro de los años 40, Cooke atrapa con la historia ya en las primeras páginas, apoyando un sólido guión con un storytelling de lo más cinemático: muchas de las páginas del dibujante quedan sin definir, tan sólo unas sombras y cuatro trazos ayudan al artista a concretar una acción vertiginosa, siendo exponente máximo de esta técnica el genial asalto al tren: las diez páginas que ocupa pasan ante los ojos del lector como si de una cinta de acción al más puro estilo Michael Bay (un-plano-por-segundo) se tratara; un estudio detenido de las mismas revela la falta de detalles y definición de las figuras...todo un ejemplo de ahorro narrativo en aras de una aceleración de la acción.

Lectura más que obligada para todos los amantes del genero noir y también para todos aquellos que deseen perderse durante un par de horas en una apasionante trama de robos, antiguos amores y nuevas traiciones; este Selina sentaba las bases para que Cooke se convirtiera, casi de la noche a la mañana en uno de los autores más buscados del mundillo.

Lo Mejor: Al encargarse Cooke de guión y dibujo el ritmo del cómic es perfecto, alternando diálogos y acción en una mezcla totalmente equilibrada.

Lo Peor: Nada

El Momento: El robo al tren.

Guión: 9 de 10

Dibujo: 10 de 10

Total: 9'5 de 10

Estaba enganchado, sabía a ciencia cierta que, como buen coleccionista (y peor freak) que soy todo lo que saliera de las manos de Cooke caería en las mías. La incógnita estaba en cuál sería su próximo trabajo, pero la respuesta no se hizo esperar demasiado: con Ed Brubaker a los guiones (otro enamorado del cómic noir autor de Gotham Central) Cooke se encargaría de los dibujos de la nueva serie regular de Catwoman...no podía ser de otra manera.

CATWOMAN: THE DARK END OF THE STREET (CATWOMAN nos. 1 al 4 y DETECTIVE COMICS 759 al 762)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo: Darwyn Cooke con Mike Allred

El tomo que recopila el primer arco argumental de la nueva serie de Catwoman se inicia con las historias complementarias de la serie central de Batman. En ella se nos explica la investigación que Slam Bradley sigue tras la pista de Selina y que le lleva a encontrarla en las páginas centrales de Selina's Big Score. El tono sucio que Cooke aporta a los lápices es perfecto tanto en la definición del personaje de Bradley como en la del mundo en el que este se mueve, el mundo de los bajos fondos de Gotham. Aunque Bradley no aparecerá en los cuatro primeros números de la colección, será un personaje clave en posteriores entregas de la serie.

Entrados ya en la colección en si, parece que (al menos en los primeros números de la misma) Brubaker sigue los consejos de Cooke en cuanto a que tipo de guión debe escribir. La trama que ocupa a Selina durante esta introducción de su nueva serie ya la hemos leído y visto incontables veces: un asesino comienza a contar sus victimas entre las prostitutas de los bajos fondos. Nadie se ocupa del caso, las prostitutas no son consideradas personas. Sólo Selina, dado su historial, con la ayuda de su antigua protegida Holly, y la de la Dr. Leslie Thompkins (personaje habitual de la colección del murciélago) podrá plantar cara al brutal criminal. Lo curioso es que, aún conociendo la historia de antemano, sorprende la calidad con la que Brubaker va destilando las pistas que llevan a Selina al hallazgo del asesino; pero todo ello queda en segundo plano con respecto a lo que verdaderamente interesa al escritor: penetrar en la mente de su heroína para dar una verdadera motivación a su regreso como nuestra gatita preferida. Evidentemente lo consigue.

El trabajo de Cooke en estos cuatro primeros números, aunque genial, queda ensombrecido por las personales tintas de Mike Allred (el creador de Madman) que restan suciedad al trazo del primero, convirtiendo su dibujo en demasiado limpio y brillante. Pero ello no resta impacto a la capacidad de narrativa de Cooke, que vuelve a hacer gala de una versatilidad sin igual a la hora de narrar las aventuras de Selina.

Lo Mejor: La perfecta compenetración entre los guiones de Brubaker y el storytelling de Cooke.

Lo Peor: Las tintas de Mike Allred.

El Momento: Las últimas páginas del número tres.

Guión: 8 de 10

Dibujo: 9 de 10

Total: 8' 5 de 10

Pero Cooke se siente demasiado restringido teniendo que trabajar con guiones de otro (aunque estos sean tan buenos como los de Brubaker) y tras esos estupendos primeros números anuncia su abandono de la serie alegando estar trabajando en un proyecto personal. Dejándonos a todos con la miel en los labios, Cooke desaparece durante unos meses del panorama del cómic hasta que se anuncia en el Previews (la revista del sistema de pedidos americano) de Noviembre de 2003 la salida en Enero de la nueva serie del autor como artista completo. El nombre de la misma: The New Frontier.

DC: THE NEW FRONTIER

Durante seis números de 48 páginas de aparición bimensual, Cooke se dispone a relatarnos una revisión personal del final de la Era Dorada y el amanecer de la Edad de Plata de los cómics a través de la creación de su grupo más emblemático: La Liga de la Justicia.

Intentar condensar en unas pocas líneas la genialidad que albergan los seis números de The New Frontier seria una auténtica injusticia hacia la ingente labor de documentación y preparación que Cooke ha tenido que realizar para abordar este proyecto: por sus páginas encontramos referencias tanto de acontecimientos históricos reales (el final de la II Guerra Mundial, el comienzo de la Guerra Fría y la Carrera Espacial) como de aquellos que fueron apareciendo de forma dispersa por la miríada de comics que fueron editados en aquellas décadas. Todo ello en un conjunto perfectamente ordenado que nos muestra una nueva faceta en Cooke, la de un historicista riguroso del Universo DC.

The New Frontier comienza en una isla perdida en mitad del Pacífico en las postrimerías de la II Guerra Mundial: Los Perdedores, un grupo de soldados que ha ido a parar allí en misión de rescate, son masacrados por criaturas prehistóricas. Al final escapa de la isla uno de los soldados que iban a salvar, el Coronel Flagg. La historia salta entonces sin una intención aparente a un pequeño personaje llamado Hal Jordan, el futuro primer Linterna Verde y verdadero motor de todos los acontecimientos que Cooke utiliza para contar el periplo del nacimiento de la Liga de la Justicia. A partir del momento en que Cooke introduce a Jordan la historia va volviendo de forma recurrente a su carrera como piloto, su paso por la guerra de Corea y su posterior formación como piloto espacial mientras toda una serie de acontecimientos comienzan a convulsionar el Universo DC a su alrededor: la llegada de J'onn-J'onnz a nuestro planeta (el Detective Marciano), la re-aparición de Flash, la formación de los Changellers of the Unknown; y como trasfondo de todo ello Cooke va construyendo una oscura trama alrededor de "El Centro", un ente desconocido del que Batman y J'onn-J'onnz (junto con Slam Bradley, si, el mismo de Catwoman) van recogiendo pistas dispersas. Y todo ello sólo en los tres primeros números.

En estos números observamos a un Cooke que ya es un dibujante y un narrador consumado: el perfecto equilibrio de la composición de cada página; el uso de tres viñetas en el más puro estilo clásico que rompe, cuando la historia así lo necesita, con el uso de splash-pages o de recursos narrativos geniales (las televisiones en la secuencia del discurso de Flash); y la elección de Dave Stewart como colorista dan como resultado un trabajo sobresaliente que si algo denota es el amor de Cooke por los cómics en general y por el Edad Dorada en particular.

En los tres números restantes, Cooke desvela el misterio tras el centro, mientras continúa relatando el origen de Linterna Verde. Y así llegamos a los dos últimos números, dedicados a la gran batalla entre todos nuestro héroes y un enemigo dispuesto a hacer desaparecer nuestro planeta: la grandeza de las páginas que recogen la lucha es digna de admiración, y el heroísmo que Cooke sabe destilar de cada uno de los personajes implicados en la confrontación nos devuelve a una época de mayor inocencia, donde los lectores contemplaban a Superman y compañía como los auténticos iconos de una generación. Sea tan sólo por recuperar parte de ese espíritu, la lectura de The New Frontier es casi obligada para los que crecieron con las primeras aventuras de Superman o Batman, para aquellos nostálgicos que quieran recuperar un pequeño trozo de su infancia y en general para todo aquel amante del cómic que se precie.

Lo Mejor: Todo, desde el magnífico ritmo que Cooke imprime al guión hasta el virtuoso dibujo que lo acompaña.

Lo Peor: El neófito que se acerque a esta obra probablemente se perderá entre la cantidada de referencias que pueblan cada una de sus páginas...aún así, es una lectura altamente recomendable.

El Momento: Desde la página 1 del primer número hasta la 48 del último.

Guión: 10 de 10

Dibujo: 10 de 10

Total: 10 de 10

Con The New Frontier, Cooke eleva el listón a superar por su próximo trabajo a una altura espectacular; por ello, no deja de ser sorprendente que tras la saga de 6 números, sea la colección SOLO la que recoja sus siguientes lápices y guiones.

DARWYN COOKE. SOLO (SOLO no. 5)

La colección SOLO nace de la inquieta mente de Mark Chiarello. El actual editor de DC, y antiguo dibujante (Batman/ Houdini) y portadista, deseaba desde hacía tiempo crear una serie en la que el dibujante se sintiera completamente libre para, en 48 páginas, contar lo que le viniera en gana. Bajo este espíritu aparece, en Diciembre de 2004 el primer número de SOLO, dedicado a Tim Sale. Hasta la fecha ha aparecido 6 números en los que han tenido cabida aristas tan personales como Richard Corben, Paul Pope, Howard Chaykin, Jordi Bernet y por supuesto Darwyn Cooke (y ya se ha anunciado el número 7 dedicado a Mike Allred).

En el número que nos ocupa, Darwyn Cooke se encarga tanto de los guiones, como del dibujo, el color y la rotulación. En las páginas que componen tan arriesgado ejercicio Cooke alterna historias de todo calibre: comienza con la que ira sirviendo de enlace a todas las demás, un divertido relato protagonizado por Slam Bradley (¿podía ser otro?) en el que su detective privado favorito pasa la noche contando anécdotas en un bar de superhéroes. El dibujo en las páginas dedicadas a Slam vuelve a ser sucio como ya lo fuera en la historia que era recogida en el primer tomo de Catwoman. El resto del cómic lo ocupan cinco historias: una dedicada a una anécdota de la infancia de Cooke dibujada con un cierto regusto a tira cómica; una de intriga policíaca con un color muy cercano al pop-art; una divertida historia de la relación de un hombre y su aspiradora, otra vez con un dibujo clásico sacado de los mejores momentos de Charlie Brown o Daniel el Travieso; un extraño experimento narrativo dedicado al personaje The Question y por último, la mejor de las cinco, la dedicada a Batman, una mezcla de persecución clásica con toques de terror en la que Cooke hace revivir a Batman el desgraciado incidente que lo creó.

Lo que queda claro a lo largo de las estupendas viñetas que van conformando cada episodio, es que el talento de Cooke parece no tener límites a la hora de abordar diferentes estilos. Si a eso le sumamos su cada vez mejor labor a los guiones obtenemos como resultado a uno de los autores más completos y con mayor proyección actual.

Lo Mejor: Las páginas de Slam Bradley y la historia de Batman

Lo Peor: La historia de The Question.

El Momento: El final de la historia King of America

Guión: 8 de 10

Dibujo: 10 de 10

Total: 9 de 10

Tras el relativo descanso que supone SOLO, Cooke vuelve a desaparecer del mapa, enfrascado quizás en un nuevo y personal proyecto. Pero esta desaparición no dura mucho, ya que en la Convención de Cómics de Chicago del pasado verano se anuncia por una parte el contrato en exclusiva por dos años firmado por el artista, y por la otra los dos nuevos proyectos que se la han asignado. El primero, y con Jeph Loeb a los guiones, un crossover entre Batman y The Spirit. El segundo y más explosivo,el anuncio de que Cooke será el guionista y dibujante de la nueva serie regular de The Spirit, colocándose de esta manera al lado de uno de los mayores genios que ha dado la historia del cómic: Will Eisner. Teniendo en cuenta que desde Ego hasta The Spirit han pasado tan sólo cinco años, es de recibo pensar lo mucho que le queda a Darwyn Cook por decir dentro de este mundillo. Desde aquí seguiremos más que pendientes de todo lo que siga haciendo. Hasta entonces....NUFF SAID!

 

 

 
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