The Incredible Hulk: Tempest Fugit (The Incredible Hulk nos.77 al 82)

Guión: Peter David

Dibujo: Lee Weeks y Jae Lee

Tintas: Tom Palmer

Si se le pregunta al aficionado medio al comic quien es el autor que más tiempo se ha mantenido al frente de una colección Marvel, es casi seguro que un nombre prevalezca sobre todos: Peter David. El irreverente guionista, escritor y columnista (su But I Digress es más que famosa dentro de los círculos comiqueros) supo enganchar a los lectores con su particular visión de Hulk durante más de 11 años, hasta que desavenencias editoriales lo empujaron fuera de la colección que el sólo había levantado desde los puestos más bajos de las ventas hasta sitios que el Gigante Esmeralda nunca había visitado.

Tras la marcha de David, un tímido Joe Casey no fue capaz de mantener el nivel y el primer volumen de la colección de Hulk, iniciado en 1962, cerraba sus puertas después de más de 35 años ininterrumpidos. LLega entonces el Heroes Reborn (punto de inflexión ineludible en la comprensión de cualquier colección Marvel actual) en el que el coloso es situado como secundario de la serie de Iron Man. Devueltas las cosas a su "normalidad", Hulk comienza de nuevo con serie propia; Byrne primero y Jenkins después se hacen cargo de los guiones, mientras que Ron Garney, John Romita Jr., Kyle Hotz y Sean McKeever hacen lo propio con los lápices. Durante esta nueva etapa encontramos algún arco que se deja leer (como el de Dogs of War) pero en líneas generales el nivel de la serie es altamente mediocre... y entonces llega Bruce Jones y lo cambia todo.

Forjado en las fraguas de Creepy y Eerie (revistas de comic de terror) Jones aleja a Hulk del género superhéroico para acercarlo a un comic de introspección psicológica. Durante casi tres años, los que van del 2001 al 2004, Jones situa a Hulk en el centro de un complicado complot contra Bruce Banner (su alter ego). Odiada y alabada a partes iguales, la estancia de Jones en la serie es criticada por sus mayores detractores basándose en la lentitud del escritor a la hora de desarrollar la trama que envuelve al protagonista de colección y a un misterioso personaje llamado Mr. Blue. Mientras tanto, aquellos a los que la serie engancha desde un principio (entre los que me cuento) la defendemos por su originalidad a la hora de abordar un personaje que desde la partida de David se había convertido en monocromático. Durante el período en el que Jones está al frente de la colección dos son los dibujantes que marcan con fuego su paso por ella: John Romita Jr. y Mike Deodato Jr. Ambos con un estilo totalmente diferente pero a la postre igual de adecuados para dar cuerpo a las oscuras tramas del guionista.

Con Jones fuera de la serie, Marvel suspende temporalmente la colección, avisando,eso si, que la misma continuará en breve siguiendo la numeración desde el 76 (último número del citado guionista). Poco después se anuncia que el número 77 comienza una saga de cinco números que devuelve a la serie al guionista que la cambió para siempre, Peter David. Intentando de esta manera atraer de nuevo a todos aquellos que se han ido alejando paulatinamente de la colección durante los años, Marvel demuestra una vez más que ya no sabe que maniobra comercial inventar para captar (o en este caso volver a captar) nuevos/viejos lectores. Sea como fuere, el nombre de Peter David sigue teniendo tirón y los cinco números que inicialmente guionizará el autor son esperados con gran expectación. Por desgracia, y como suele pasar con todo aquello que se espera con anhelo, David ha perdido el toque que tuviera 7 años atrás con Huk y los cinco números que conforman la saga Tempest Fugit no pasan de lo anécdotico.

El primer número de la misma se abre con Hulk paseando por el océano; ni sabemos porque ha llegado ahí, ni que rumbo lleva. Por avatares del destino, Hulk llega a una isla poblada de toda clase de criaturas entre las que se encuentran Fing Fam Foom, Lobezno o el General Ross, así como dos supervivientes de un naufragio. Mareando la perdiz durante 100 largas páginas, David no consigue atrapar al lector en la anodina excusa que se busca para jutificar la presencia de Hulk en la isla, y la historia tan pronto se ha leido como se ha olvidado. El dibujo tampoco ayuda mucho a que el cómic brille de alguna manera, Lee Weeks no es precisamente John Romita Jr. o Gary Frank (por citar a dos antiguos dibujantes de la colección) y realiza un trabajo simplemente correcto en sintonía con el que vemos en los guiones.

Confirmada la estancia de David hasta el número 88, esperamos con curiosidad un arco en el que Hulk vuelve a estar inmerso en una tribu aborigen...para aquellos lectores con mala memoria recordamos que el mismo recurso fue utilizado por David en un relanzamiento de la serie allá por mediados de los noventa cuando Adam Kubert entró en la colección para hacerse cargo del dibujo...lo que lleva a pensar si cualquier tiempo pasado fue mejor.

Lo Mejor: La facilidad con que se lee la historia.

Lo Peor: Que esa misma facilidad es con la que se olvida.

El Momento: Hulk cargando contra tiburones y calamares gigantes.

Guión:5 de 10

Dibujo:6 de 10

Total:5 de 10

 
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