Superman: For Tomorrow (Superman serie regular nos. 204 al 215)

Guión: Brian Azzarello

Dibujo: Jim Lee

Tintas: Scott Williams

Permítanme una aclaración antes de comenzar: nunca he sido muy amante de las historias de Superman ni del personaje en si. Siempre me ha parecido que como icono, Superman funciona a la perfección, pero en el papel (ojo, en el papel, el cine y la televisión son otra cosa) casi nunca he encontrado relatos sobre el personaje que me hayan apasionado (cosa que si me ha pasado con el otro icono DC, Batman). Entre las pocas historias que se cuentan entre mis favoritas del Hombre de Acero, casi todas son Otros Mundos (los ¿y si...? de la DC) o series autoconclusivas: Identidad Secreta, Kal o Red Son entre las primeras; Legado (Birthright) o Superman: Cuatro Estaciones entre las segundas. Muy pocas sagas de sus varias series regulares han conseguido captarme como lector; de hecho, si tuviera que poner en pie alguna sólo podría decir la de la Muerte de Superman. Valga esta aclaración para dejar claro mi reticencia inicial a la hora de abordar la lectura de este For Tomorrow.

Tras su estancia en Batman durante un año- en el cual vio la luz esa irregular saga que fue Silencio (irregular por el guión no por su soberbio hacer)- Jim Lee necesitaba otro macroproyecto en el que embarcarse. ¿Y que mejor que tocar al otro peso pesado de DC?. Dicho y hecho, Lee era anunciado como el dibujante durante un año de la serie de Superman (así, a secas, ni Action Comics ni Adventures of Superman). A su lado, y como ya había pasado en Silencio con Jeph Loeb, Lee traía a un guionista estrella de la casa: Brian Azzarello. Escritor de gran solidez, Azzarello es admirado por cualquier lector que haya tenido entre sus manos algunos de los trabajos salidos de su portentosa imaginación. Ya sea en la multipremiada 100 Balas o en sus salvajes incursiones en Hellblazer o Cage, Azzarello no deja indiferente a nadie. Con tamaños artistas como carta de presentación, los 12 números de Superman no podían pintar mejor. La pregunta es, ¿mantienen las expectativas creadas?. La respuesta, en los próximos párrafos.

La historia que nos cuenta For Tomorrow se desarrolla de forma bien diferenciada en cada uno de los dos tomos en los que ha sido recopilada: en el primero de ellos, Azzarello arranca aparentemente en mitad de la nada, dejando al lector ciertamente confuso con cómo se nos narran los hechos: Superman habla(más bien se confiesa)con un párroco mientras va desgranando los hechos que han llevado a la desaparición de un millón de personas a lo largo de todo el planeta. En un primer número escrito de forma excelsa, Azzarello nos deja ver el lado más humano de Superman, un lado que el guionista explorará a lo largo de todo el primer tomo. Con un comienzo tan atípico, el escritor engancha por esa forma tan cinematográfica de contar la historia a través de concisos flashbacks, devolviendo la acción al presente cada pocas páginas. Al margen de Superman y el padre Leone, forman parte del hilo conductor de esta primera parte de la saga el misterioso mercenario Orr, una máquina de matar llamada Equus y el déspota liberador de un imaginario país oriental, el general Nox. Conforme avanzan las páginas, descubrimos que tratando de acabar con las guerras intestinas de dicho país, Superman da con el artefacto que posiblemente es el responsable de la desaparición del comentado millón de habitantes del planeta. Afectado por el descubrimiento, Superman se lleva la máquina con la intención de averiguar su funcionamiento y así poder traer de vuelta a los desaparecidos, entre los que se encuentra su mujer, Lois Lane.

Llegamos así al ecuador de la trama. Con una primera parte brillante, en la que Azzarello no tira en exceso de las ya más que manidas espectaculares batallas (marca de las colecciones del Hombre de Acero) y se dedica a analizar los fundamentos de un personaje con casi 70 años de edad, el terreno queda preparado para rubricar de forma sobresaliente la maxiserie. Por desgracia, en los seis números que cierran For Tomorrow, Azzarello pierde gran parte de la coherencia argumental de la que había hecho gala en el comienzo de su andadura y sus guiones van perdiendo fuelle y ganando en surrealismo conforme la narración llega a su fin. En esta segunda parte, el guionista si echa mano de una sucesión inconexa de batallas fundamentadas en lo que se supone la gran sorpresa del guión (que no voy a desvelar, tranquilos). Pero tal sorpresa no aguanta una peregrina y sucinta explicación, y menos aún el intenso uso que el escritor hace de la misma. Al final, el buen ritmo de los seis primeros números se pierde entre tanta conspiración y pelea sin sentido, acabando de forma mediocre lo que había empezado de manera brillante.

Si algo salva a la mediocridad de los guiones en la parte final, y ayuda sobremanera a sentar las bases de la historia en sus comienzos, es el espectacular dibujo de Lee. Como ya ocurriera en Silencio, los lápices de Lee (acompañados por las tintas de su eterno colaborador Scott Williams) son lo mejor de la función y su Superman emana humanidad y humildad por los cuatro costados al tiempo que conserva ese aire de superhombre que lo sitúa por encima del resto de los mortales. El preciosista dibujo de Lee y su atención por el más ínfimo detalle hacen que cada página tenga que ser mirada al menos un par de veces para aprehender todo aquello que el dibujante plasma en tan poco espacio. Un trabajo digno de admiración y que demuestra porque Lee está considerado una estrella del cómic.

Aún teniendo en cuenta el bajón de calidad argumental que For Tomorrow experimenta a partir de su séptimo número, la sensación global de la saga es la de una historia entretenida que deja abiertas múltiples lecturas (algunas de ellas bastante novedosas) acerca del legendario superhéroe. Sea tan sólo por experimentar alguna de ellas y disfrutar de los maravillosos dibujos de Jim Lee, vale la pena el gasto de los 50 dólares (unos 40 euros) que suponen los dos tomos en tapa dura en los que DC ha recogido la historia.

Lo Mejor: El dibujo de Lee y la (novedosa) aproximación que hace Azzarello en los seis primeros números.

Lo Peor: La débil excusa argumental que fundamenta la serie.

El Momento: Las múltiples conversaciones que Superman mantiene con el padre Leone.

Guión: 7 de 10

Dibujo: 9 de 10

Total: 8 de 10

 
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