Ed Brubaker: El Mago del Comic Noir

Que Ed Brubaker es un rara avis en este mundillo del cómic lo confirman los hechos que lo han llevado de dibujante cartoon a guionista del cómic independiente a una de las estrellas más hot del panorama actual. Tras el inusitado éxito que cosechó con A Complete Lowlife (una obra semiautobiográfica) Brubaker ha ido escalando puestos en la industria gracias al impresionante tratamiento con el que dota a cada una de sus creaciones: sus primeros trabajos para DC (Deadenders y Scene of Crime) ya denotan la acusada inclinación del guionista por el cómic de género noir: personajes que viven al límite en situaciones más que verosímiles y tramas que subyacen de forma sútil hasta completar un complejo tapiz son dos de las carácterísticas más sobresalientes de estos primeros trabajos y de los que habrán de venir. Tras ellas llegarán Sleeper, Catwoman, Gotham Central y su primer trabajo para Marvel, la nueva serie del Capitán América (cuya reseña podéis leer AQUÍ). En este estudio queremos arrojar una mirada a tres de sus trabajos más celebrados: las citadas Sleeper y Catwoman, y la novela gráfica The Fall.


Tras los cuatro primeros números de la nueva serie de Catwoman (AQUI) Brubaker cuenta con toda una legión de fans que mes a mes siguen la colección. Catwoman se descubre como una colección apasionante en la que mes a mes Brubaker consigue dar lo mejor de si mismo, recuperando para la galería a uno de los personajes peor históricamente por el fandom.

CATWOMAN: CROOKED LITTLE TOWN (Catwoman nos. 5 al 10)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo: Brad Rader, Cameron Stewart, Michael Avon Oeming

Tintas: Eric Shanower, Michael Lark y Varios.

El nuevo status que Selina ha adquirido como protectora de los barrios bajos de Gotham es puesto a prueba (y de que forma) cuando ella y Holly comienzan a investigar los turbios asuntos que la corrupta policia de Gotham tiene en relación con el tráfico de drogas en la zona. Holly ayuda a Selina utilizando su experiencia en las calles como prostituta. Pero las cosas no salen como ambas habían previsto inicialmente y Holly es acusada falsamente de asesinar a un policía encubierto. Será entonces cuando Selina, con la ayuda de Slam Bradley y el Teniente Allen (uno de los personajes regulares de Gotham Central) tratarán de enmendar el entuerto y de paso llevarse por delante a los policías corruptos y al despiadado Mr.Dylan (el supuesto jefe del tráfico de drogas).

Brubaker consigue con los cuatro números que componen Disguises (Disfraces) elevar la calidad de la serie de forma cualitativa, algo que leyendo los primeros números podría antojarse harto difícil. Los diálogos de Brubaker definen a la perfección a todos y cada uno de sus personajes, haciendo sobre todo que Selina, Holly y Slam tengan una voz propia y reconocible (algo a lo que ayuda enormemente la genial utillización de la rotulación). Las situaciones en las que el trío protagonista se embarca y como estas se van desarrollando son de un realismo sin par, y aunque hay lugar para alguna que otra cesión a la galería (no olvidemos que Selina tiene la agilidad de un gato), Catwoman se convierte por mano de Brubaker en una de las colecciones más creibles del Universo DC. En el dibujo encontramos a unos Brad Rader y Cameron Stewart dignos sucesores de Darwyn Cooke: continuando el estilo cartoon de éste, Rader y Stewart mantienen la personalidad de la colección sin que la misma se resienta por la marcha del citado artista.

Lo Mejor: Los guiones de Brubaker y como va desarrollándose la trama.

Lo Peor: El número de relleno de Michael Avon Oeming

El Momento: Holly haciendo uso de su junkie-vision (visión de drogadicta) para detectar a un traficante.

Guión: 9 de 10

Dibujo: 8 de 10

Total: 9 de 10

CATWOMAN: RELENTLESS (Catwoman nos. 12 al 19)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo: Cameron Stewart y Javier Pulido

Tintas: Mike Manley

En el primer párrafo de Crooked Little Town comentaba como nuestros atípicos héroes trataban de llevarse por delante a Mr. Dylan, el supuesto jefe del tráfico de drogas en Gotham. Pero en la última página de Disguises descubrimos que no es así: el máximo responsable del crimen en los barrios bajos es un tal Máscara Negra, un cruel y brutal asesino sin ningún tipo de escrúpulos que ha decidido hacer de la muerte y destrucción de Catwoman su personal vendetta. Mientras tanto Selina, ajena a todo esto, es feliz por varios motivos: ha convencido a Bruce (Wayne) para que con el dinero obtenido en los hechos contados en Disguises invierta en la construcción de un centro cívico para los más necesitados del barrio; por otra parte Maggie, la hermana de Selina, ha vuelto a la ciudad. Todo ello, unido a la reaparición de una antigua compañera en el crimen de Selina propiciarán el terreno para la brutal venganza que Máscara Negra pretende cobrarse...

Sin lugar a dudas el mejor arco argumental de la serie y una de las mejores sagas que he tenido el placer de leer. Brubaker se cubre de gloria con unos guiones que no dan un respiro ni al lector ni a los desafortunados personajes a los que les toca sufrir todo aquello que Máscara Negra ha preparado: son increiblemente explícitas (al menos para un cómic no-Vértigo) las escenas de violencia (la tortura de Maggie es terrorífica) y Brubaker, con la ayuda de un excelente Cameron Stewart, consigue transmitir sin dificultad las sensaciones por las que Selina, Holly y los demás personajes se ven obligados a pasar.

Tras Relentless llega No Easy Way Down con el español Javier Pulido a los lápices, unos números de reflexión que Brubaker utiliza para ahondar en los personajes de Holly (y sus problemas a la hora de lidiar con el desenlace de los acontecimientos de Relentless) y Slam (y su relación con Selina). Aunque el guión sigue manteniendo el mismo nivel que los números anteriores, el dibujo de Pulido con su trazo simplista no está a la altura del detallismo de Stewart, y la colección se resiente.

Lo Mejor: La brutalidad sin concesiones con la que Brubaker describe la odisea por la que hace pasar a sus personajes.

Lo Peor: El dibujo de Pulido, demasiado alejado de la labor de Stewart.

Momento: Me quedo con dos; la explosión (y no digo más) y el deselance de la saga.

Guión: 10 de 10

Dibujo: 9 de 10 (para Stewart), 6 de 10 (para Pulido)

Total: 9'5 de 10

CATWOMAN: WILD RIDE (Catwoman nos. 20 al 24)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo y Tintas: Cameron Stewart

Tras los terribles acontecimientos sufridos en Relentless, Selina y Holly deciden tomarse unas pequeñas vacaciones fuera de Gotham. Las aventuras que ambas correrán durante este viaje llenan las páginas de la última saga en la que la colección de Catwoman conserva el aspecto cartoon que la ha definido desde su comienzo. Durante los números que componen Wild Ride, Holly será entrenada por Wildcat, Selina volverá aparentemente a sus raices criminales asociándose con el Capitán Frío y por su parte Slam se las verá con Batman, todo ello mientras que Brubaker va sentando lentamente las bases de lo que será la siguiente etapa de la colección (con esos egipcios de fondo). El trabajo del guionista vuelve a ser ejemplar y el tomo es una buddy movie en toda regla.

A los lápices volvemos a encontrarnos, por última vez, a Cameron Stewart, que realiza un trabajo impresionante (en la misma tónica que Relentless) antes de que Paul Gulacy lo sustituya en el número 25. Con el cambio de dirección que supone la entrada de Gulacy en la serie, y el hecho de que Brubaker se mantiene en los guiones sólo hasta el número 38, Catwoman pierde interés por momentos y actualmente la colección no es ni la sombra de lo que Brubaker plantara en sus tres años al frente de la misma...la verdad, una auténtica lástima.

Lo Mejor: La capacidad de Brubaker para variar el tono de los guiones. Wild Ride se encuentra casi en el opuesto del espectro en relación a Relentless.

Lo Peor: Que tras la marcha de Stewart la serie decayera como lo ha hecho.

Momento: Slam y Batman a puñetazos limpios...¿hay que decir algo más?

Guión: 8'5 de 10

Dibujo: 9 de 10

Total: 8 de 10

 

Si algo ha caracterizado al Universo Wildstorm desde que Jim Lee decidiera sacarlo de Image ha sido su paulatino alejamiento de los estándares del comic de supehéroes tradicional. Series como The Authority, Planetary o Sleeper demuestran este hecho sobradamente. El tono brutalista de la primera, las geniales pinceladas surrealistas de la segunda y el realismo sucio de la tercera las convierten en tres de las mejores colecciones que se hayan publicado en los útlimos cinco años. Y ello no es ajeno al excelso trabajo realizado por sus guionistas: Warren Ellis (tanto en Planetary como en el primer año de Authority), Mark Millar (también en Authority) y, como no, Ed Brubaker en Sleeper.

SLEEPER SEASON ONE (Sleeper volume One nos. 1 al 12)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo y Tintas: Sean Phillips

Aunque sea una serie totalmente integrada en la continuidad del Universo Wildstorm (que aunque joven, ya tiene bastante historia), Brubaker intenta con Sleeper captar la atención de aquellos lectores que no han leído nunca nada de WildC.A.T.S, Gen13, Team 7, Deathblow o cualquiera de las muchas miniseries que la editorial ha ido dando a luz con el paso de los años. Y la verdad es que, quitando ciertos apuntes que se disfrutan mucho más si eres conocedor de la citada continuidad, la serie puede seguirse sin ningún tipo de problemas gracias a que Brubaker parte casi desde cero, aportando los necesarios datos sobre el pasado de los personajes mediante socorridos flashbacks y el uso de un novedoso recurso: aquí y allá, y como si de un juego se tratara, son los propios personajes los que nos cuentan sus orígenes. Una forma genial de presentar a los compañeros de nuestro héroe principal. Holden Carver, pero no nos adelantemos y hagamos un poquito de historia.

Empezemos por John Lynch, director de I.O ( International Operations, una agencia gubernamental de esas que está mucho niveles por encima del presidente y que cuenta entre sus filas con agentes dotados de poderes especiales), fundador de Gen13 (un grupo de adolescentes con poderes) pero sobre todo un manipulador de mucho cuidado. Al comienzo de Sleeper, Lynch está en estado comatoso debido a un tiroteo en el que se ve envuelto. El principal enemigo de Lynch es Tao (Tactically Augmented Organism) un producto de laboratorio con una mente prodigiosa que formó parte de una de las diversas encarnaciones de WildC.A.T.S hasta que, aburrido, decidió cambiarse de bando y entretenerse en convertir al mundo en un caos total. Entre ambos se encuentra nuestro (especial) héroe, Holden Carver : pupilo de Lynch, Carver es un agente doble infiltrado (de ahí lo de Sleeper- durmiente) entre las filas de la organización de Tao. Debido a un accidente durante una misión, Carver obtiene unos extraños poderes mediante un artefacto proveniente de la Sangría (una especie de dimensión paralela a la nuestra en la que Authority tiene su base). Los poderes derivados del contacto con dicho artefacto eliminan en Carver la capacidad de sentir cualquier tipo de dolor o placer, otorgándole además la posibilidad de, con tan sólo tocar a otro, traspasar el dolor que se le infringe.

Estos personajes (y algunos más) son los que sirven de trasfondo a Brubaker para empezar a tejer la compleja trama que se desarrolla en esta Primera Temporada de Sleeper: Carver lleva ya un año infiltrado en las filas de la organización de Tao. Un años en el que ha conocido a Genocide (un mastodonte inmune a las balas) y a Miss Misery (una mujer que se pone enferma si no hace daño allá por donde va). Pero las motivaciones que llevaron a Carver a aceptar la arriesgada misión que está cumpliendo se están diluyendo día a día: a nuestro protagonista no le parece que los objetivos de Tao sean tan diferentes de los de Lynch y durante el desarrollo de estos doce primeros números, tendrá más de una ocasión para comprobarlo.

El personalísimo estilo de Sean Phillips (Hellblazer, WildC.A.T.S) acompaña a Brubaker (con el que ya había trabajdo en Scene of Crime) )en este primer año de la serie: con un trazo errático y un dibujo decididamente feista, Phillips logra traducir a la perfección los guiones de Brubaker en una narración gráfica impecable. Siin grandes gestos y sin abusar de las splash-pages, Phillips consigue terminar de introducir al lector en el oscuro mundo de Sleeper, algo que un dibujo más limpio y preciosista no habría logrado.

Con un fnal digno de serie de televisión, Sleeper se convierte rápidamente en un cómic fan-favourite, y aunque Brubaker no tenía prevista una continuación, el éxito de la colección y la insistencia de Jim Lee (Director Editorial de Wildstorm) y Scott Dunbier (el editor de la serie) provocan que Sleeper cuente con una segunda y última temporada.

Lo Mejor: El hecho de que aún siendo una colección que respeta la continuidad del Universo Wildstorm, no sea necesario tener conocimiento alguno del mismo.

Lo Peor: Algo hay que decir, así que me inclino por el dibujo, aunque como ya he dicho se ajusta a la perfección al tono de la colección.

Momento: Los orígenes de Miss Misery y Genocide.

Guión: 10 de 10

Dibujo: 7 de 10

Total: 9 de 10

SLEEPER SEASON TWO (Sleeper volume Two nos. 1 al 12)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo y Tintas: Sean Phillips

El arranque de esta segunda temporada no puede ser mejor, mediante el uso de esos magníficos flashbacks a los que nos tiene acostumbrados, Brubaker nos sitúa poco después del desenlace de los 12 primeros números. Carver descubre, en el trasncurso de una misión de Tao, que Lynch ha despertado de su coma. Lamentablemente para el, su nuevo jefe ya lo sabe, y pretende sacar partido de esta situación. Para ello sitúa a Carver en el ojo de un peligroso juego que pretende llevar a cabo; pero nuestro particular héroe tiene otros planes: mientras Tao quiere conseguir poner la vida de Lynch de nuevo en estado vegetativo, Carver decsubre, a través de este último que hay una posibilidad de recuperar su estatus como agente de I.O, y sobre todo, de volver a su estado pre-poderes.

Pero en el peligroso juego en el que se ve envuelto Carver no tiene en cuenta con quién se la está jugando: tanto Lynch como Tao tiene sus propios planes, planes que no incluyen, por supuesto, el bienestar de nuestro protagonista. Pero Holden Carver guarda más de un as en la manga, y no se va a dar por vencido tan fácilmente.

Este es, a grandes rasgos, el argumento del segundo y último volumen de Sleeper, y digo a grandes rasgos porque sería imposible desgranar más datos sin caer en el más completo de los spoilers. Si los guiones del primer volumen eran impresionantes, y daba la impresión de que Brubaker lo iba a tener realmente difícil para superarse, esa impresión se volatiliza tras la lectura de los tres o cuatro primeros números de A Crooked Line: es mucho lo que el guionista pone en juego desde un primer momento en su canto del cisne en la colección, pero más lo que consigue. Sleeper se convierte en las habilidosas manos de su guionista en un cómic del que no puedes apartar la mirada aunque quieras, pues es tal la cantidad de pequeños detalles que se van introduciendo de manera sutil en cada página, que cualquier distracción te obligaría a volver a leer de nuevo desde el principio...y que yo recuerde, eso es algo que no me pasaba desde Watchmen. Con esta segunda temporada de Sleeper, Brubaker se encumbra como uno de los mejores escritores de cómics de nuestros días, hecho que pone de relieve la captación de Marvel para que escriba la ya citada colección del Capitán América.

Cumpliendo con su tarea a los lápices (y las tintas), volvemos a encontrar a Sean Phillips. Acostumbrados como estamos a su labor en los doce primeros números de la serie, no sorprende la exacta adecuación de la que el dibujante vuelve a hacer gala en esta ocasión, regalándonos momentazos como el asalto de Grifter (si, el de los WildC.A.T.S) a las instalaciones de I.O.

Todo lo bueno llega a su fin, y si ese final es tan intenso como el de Sleeper, el viaje ha valido la pena. Han sido 24 números llenos de intrigas, pasiones enfermizas y violencia a raudales en un cómic como pocos. Sinceramente creo que no pasara mucho tiempo antes de que vuelva a leerlo...

Lo Mejor: Que siendo una segunda parte supere con creces a la maestría de la primera.

Lo Peor: Que no vayamos a tener más Sleeper.

Momento: El número 5 en su totalidad y ese finalazo que suponen los dos últimos números.

Guión: 10 de 10

Dibujo: 7 de 10

Total: 9 de 10

Brubaker no es el primero (ni será el último) guionista que dedica su tiempo a partes iguales en proyectos de gran envergadura y aquellos que pasan má o menos desapercibidos. Antes que él, Alan Moore o Brian Michael Bendis (por citar dos ejemplos) habían realizado incursiones en el mundo del cómic independiente en el que podríamos clasificar este The Fall.

THE FALL

Guionista: Ed Brubaker

Lápices y Tintas: Jason Lutes

Con The Fall, Brubaker vuelve a contar una historia en las claves del comic noir pero en esta ocasión lo hace recurriendo a unos personajes que nada tienen que ver con el género supehéroico (como mandan los cánones del cómic independiente). Los protagonistas de The Fall son personas normales en unas circunstancias un tanto especiales: Kirk es un empleado de una gasolinera al que un buen día una clienta le entrega una Visa Oro que ha encontrado en uno de los surtidores. Nuestro protagonista se cree afortunado y la usa para hacer unas compras. Pero lo que no se espera es que dicha clienta es la mujer de su jefe, y menos aún que esta le hará chantaje para que realize todo tipo de tareas en su casa. Es precisamente realizando una de esas tareas cuando descubre en el jardín un bolso enterrado. El contenido del mismo provocará que Kirk comienze a investigar sobre su dueña, una chica desaparecida nueve años antes...

Con la maestría y el dominio que le caracterizan, Brubaker hace de la lectura de The Fall una auténtica gozada: dejando siempre al lector parte de la tarea en cuanto a unir las piezas del rompecabezas, el guionista consigue otra vez (y van...) pergeñar un argumento que perfectamente podría ser llevado al cine (como así parece que finalmente se hará) y estar a la altura de grandes ejemplos del género como El Halcón Maltés o El Sueño Eterno. Acompañándolo en la creación de la historia econtramos a Jason Lutes, artista consagrado en el mundo del cómic underground (con trabajos como Berlín) cuyo trazo simple y limpio vuelve a actuar como perfecta traducción de los guiones al campo gráfico.

Lo Mejor: Da igual donde se meta, Brubaker consigue que cualquier guión suyo tenga un punto de genialidad.

Lo Peor: Otra vez el dibujo, que vuelve a ser perfecto para la historia, pero no es santo de mi devoción.

Momento: Ese prólogo que en tan sólo una página es capaz de engancharte durante 48.

Guión: 8'5 de 10

Dibujo: 6 de 10

Total: 8 de 10

 

 
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